jueves, 11 de julio de 2013

Motivación para hacer el Camino

   
      Una promesa. Un homenaje. Una superación personal. Ganas de vivir una experiencia nueva. Creencias Religiosas. Reflexión... Son sólo algunas de las razones que llevan a muchas personas a montarse en la bici y pedalear cientos de kilómetros con alforjas, ya nieve, llueva o caiga un rayo, para culminar el Camino de Santiago.

     
     Pero, ¿qué tendrá el Camino para que lo hagan tanta gente y que además en muchos casos repite? Allí coinciden personas de distintas ideologías, religiones y maneras de ver la vida. Y se apoyan entre ellos, se ayudan y se escuchan. El Camino parece impregnado de un nosequé misterioso, que hace que quienes han tenido la oportunidad de experimentarlo, vuelvan cambiados de alguna manera. Y es que hermanamiento, solidaridad y reflexión son quizás las palabras que los pregrinos y bicigrinos más repiten cuando recuerdan la experiencia.

     El Camino es duro, "tienes mucho tiempo para pensar y mientras lo recorres te das cuenta de muchas cosas". Mi mejor recuerdo "la convivencia". Sin conocer a nadie conoces a todo el mundo y al final los peregrinos con los que coincides son como una familia.

     Lo más duro son los primeros días hasta que te haces al ritmo. El Camino te hace darte cuenta que en una sociedad con tanto estrés, ya sea por trabajo, el ritmo de vida, las responsabilidades, ...casi no tenemos tiempo para relacionarnos con la gente que te rodea. Pero allí te das cuenta de que hay mucha gente solidaria, con ganas de conversar y ayudar. Además, en el Camino vives el Presente, cuando lo habitual en la vida cotidiana es que pienses más en el futuro o recuerdes el pasado.

   
 El Camino te hace recapacitar. Somos humanos, no piedras ni números. La convivencia minuto a minuto es lo más importante allí. No creo que te hagas mejor persona cuando haces el Camino, pero sí te vuelves más abnegado en determinadas cosas. Es recomendable ir ligero de peso, eso sí cuando pruebas el camino te engancha.

     Una vez que haces el Camino ya no eres el mismo. Eso sí, como sugerencia me gustaría que se mantuviesen las rutas originarias y que el afán por hacer negocio las respete. Si bien es verdad que muchos pueblos pequeños se han revitalizado gracias a estas rutas, también es verdad que se ha encarecido todo.

     Tod@s los que hemos experimentado esta aventura coincidimos en recomendar hacer al menos una vez en tu vida porque lo que vives allí te marca para siempre. Buen Camino, como dirían los peregrinos al cruzarse por el Camino.

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